Baja California es una región o una serie de regiones únicas. Planteó tanto dificultades distintivas como oportunidades especiales para sus habitantes aborígenes.

Ninguna otra península en el mundo es tan larga (casi 1,200 kilómetros) como angosta (cerca de 100 kilómetros). Ninguna barrera natural separa a Baja California del macizo continental de Norteamérica hacia el norte, pero más de 100 kilómetros de agua turbulenta en el Mar de Cortés largamente la aisló prehistóricamente de Sonora y Sinaloa al este. Una ruptura parcial en esta barrera oriental se formó por la serie de islas a mitad del golfo. Varias porciones de la irregular línea costera de la península tienen enfrente a cercanas y prominentes islas, lo cual estimuló a la gente primitiva hacia las actividades marítimas.

La región es típicamente un desierto, con lluvias erráticas y dispersas, pero las altas temperaturas se mitigan con la cercanía de las costas. Tanto el noroeste como el extremo sur reciben mayor precipitación que el desierto central. La aridez de la región noreste, la cual yace a la sombra de lluvia de la Sierra Juárez, es compensada por las aguas del Río Colorado. El clima varía de norte a sur, entre un régimen norteño de tormentas de invierno procedentes del Pacífico norte y tormentas tropicales de verano en el sur. También varía de oeste a este, entre la costa del Pacífico enfriada por la Corriente de California con dirección sur y las aguas más tibias del Mar de Cortés. Varía de acuerdo a la elevación, entre planicies costeras calientes y secas, las cuales son particularmente expansivas en la costa oeste y las alturas más frescas y húmedas de la granítica y volcánica cadena montañosa.

Se reconocen por lo menos nueve asociaciones de plantas dentro de la península. Las zonas ecológicas contrastantes están espaciadas de forma más cercana en los transectos de este a oeste, vinculando de esta forma a las dos costas a través de las montañas. Esta yuxtaposición de variabilidad natural, junto con la frecuentemente errática disponibilidad de agua en cualquier localidad creó fuertes incentivos para que los habitantes aborígenes se movieran bastante entre este y oeste o para organizar sistemas de intercambio intercomunitario, con el fin de maximizar su acceso a toda la gama de recursos de subsistencia de la región. Sin embargo, muchos de los recursos vegetales clave, tales como encino, agave y pitaya, están presentes en varias de las diferentes comunidades vegetales, e importantes recursos faunísticos como venado y conejo también cruzan esas divisiones. Recursos específicos de litoral costero y marinos como peces y mariscos contrastan entre la costa occidental y la oriental y quizás eran complementarios en la subsistencia de los migrantes transpeninsulares.

Los ambientes prehistóricos de Baja California no eran estáticos, aunque se han hecho pocos estudios detallados de los paleoambientes sucesivos. Los aumentos en los niveles del mar desde el pleistoceno tardío alteraron substancialmente la ubicación y configuración de la línea costera, probablemente hundiendo muchos sitios arqueológicos tempranos y alterando el carácter de los recursos costeros. Los prolongados periodos de sequía pudieron haber causado un severo estrés para la gente nativa, aunque evidentemente la región nunca fue despoblada. En el noreste, el crecimiento gradual del delta del Río Colorado y las abruptas desviaciones del cauce del río entre las cuencas del Lago Cahuilla y la Laguna Macuata y la cabeza del golfo continuaron siendo una fuente principal de inestabilidad tan reciente como en el periodo histórico temprano.

© 2002 Don Laylander
(Traducido por Moisés Santos Mena)